sábado, 1 de septiembre de 2012

Vilagarcía despide a los siete niños saharauis de Vacaciones en Paz

Mezcla de emociones y nervios. Y es que las vacaciones en Vilagarcía llegaron a su fin y el Concello no quiso dejar pasar la ocasión para despedirlos y agasajarlos con un kit de vuelta al cole con mochila incluida. Miembros de las familias de acogida acompañaron a los que hasta ayer estuvieron en sus vidas y que seguro seguirán haciéndolo a pesar de la distancia a la recepción de la concejala e Servizos Sociais, Elena Suárez. Para cuatro niños el programa de Vacaciones en Paz ha finalizado, ya que acaban de cumplir trece años, pero para otros era la primera vez que vivían esta experiencia. Rodrigo Reigosa, un vilagarciano que se estrenó este año con el programa, lo tiene claro: El vínculo creado con Mohamed Molú será de por vida. “Vendrá a España siempre que quiera y le ayudaré en todo lo que pueda”, dice. Y es que, asegura emocionado, que la experiencia ha sido muy gratificante “más para mí que para él”. De hecho, asegura que “nunca pensé que pudiese estar tan triste cuando se fuese, después de tan sólo dos meses, pero es un niño muy especial”. Si se tiene que quedar con una imagen de estas vacaciones, este vilagarciano asegura que se quedaría con la cara de Mohamed al entrar en el ascensor o con sus abrazos y besos antes de acostarse. “Es que forma parte ya de nuestra familia. Además, al tener sobrinos de sus edad pues más todavía”, dice. De hecho, asegura que no se había animado antes por motivos de trabajo, pero ahora que se lo puede permitir afirma que seguirá haciéndolo. “Siempre mantuvo el contacto con su familia. Cuando él quería la llamaba y viceversa sobre todo cuando se ponía triste”, dice. Mohamed Moulú regresa a África curado de una otitis aguda, pero como él otros muchos niños que viajan a España con el programa Vacaciones en Paz aprovechan su estancia para curarse de dolencias más o menos graves dependiendo de los casos.Sin embargo, el director del programa aseguraba ayer que este año había notado un menor interés en las familias por acoger a niños saharauis en verano. “No sé si será la crisis, pero si notamos un bajón. Sobre todo en el caso de O Salnés”, dijo. “Trataremos de conseguir más familias o personas que estén interesadas en acoger siempre que cumpla los requisitos para formar parte del programa”, señala. “Nos gustaría que hubiese más concienciación con estos casos. No es necesario disponer de una gran economía sino de voluntad para hacerlo”, resalta. nreportaje lorena ferreño

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