sábado, 1 de septiembre de 2012

Una "amarga" despedida rumbo al Sahara

MARÍA LÓPEZ - VILAGARCÍA La concejala de Servicios Sociales, Elena Suárez, despidió ayer en el Concello a los siete niños saharauis que disfrutaron este verano de una estancia de dos meses en hogares de Vilagarcía gracias al programa "Vacacións en paz" de la ONG Solidariedade Galega co Pobo Saharaui. Para cuatro de las siete familias el adiós será un tanto más amargo que en anteriores veranos, puesto que sus niños de acogida ya alcanzaron el límite de edad –los 12 años– para participar en la iniciativa, por lo que no regresarán el próximo año. Este es el caso de Carmen Lorenzo Vidal, una vecina de Bamio que colabora en el proyecto desde hace más de una década. Tuvo en acogida durante siete veranos a una niña saharaui, con la que todavía mantiene el contacto mediante conversaciones telefónicas cada semana. Luego siguió aportando su solidaridad al acoger a una segunda menor, Marian, de la que tendrá que despedirse mañana por la tarde, cuando ella y sus compañeros despeguen del aeropuerto de Lavacolla rumbo al Sahara. Marian ya tiene 12 años y el año que viene no podrá volver a Arousa. Solo de pensarlo, a Carmen se le iluminan los ojos. Se emociona. Es inevitable. Lleva ejerciendo de su madre durante todos los veranos desde que Marian tenía solo 7 años. Ahora es casi una adolescente. "Esto no se paga con nada, es algo maravilloso y te fortalece a ti misma. Es mi debilidad, realizar un aporte para ayudar a estos niños", declara Carmen Lorenzo tras el acto oficial de despedida de los niños saharauis en el Ayuntamiento. Allí, la edil Elena Suárez obsequió a los pequeños con una mochila, una libreta, lápices y bolígrafos, pinturas, una carpeta y un estuche. "Fui a la playa, a las fiestas, a visitar a la familia de Carmen,... Hice muchas cosas", comenta Marian, una de las niñas africanas que mañana parte hacia el Sahara. Y es que la ONG Solidariedade co Pobo Saharaui ya celebró recientemente una reunión en la comarca con el objetivo de captar más familias, puesto que un buen número de ellas se ha dado de baja del programa por problemas económicos. "Vamos a seguir intentando reunir más hogares a lo largo de este año. Aceptamos a cualquier familia, ya sea monoparental, de cónyuges del mismo sexo, etc. Lo que es imprescindible es que cuide bien del niño", comenta el portavoz de la organización en Arousa, Javier Vidal. En este sentido, Carmen Lorenzo apunta que los niños saharauis demandan mucha atención y cariño, casi constante, quizá porque la educación en su país de origen no se proporciona de la misma forma que en Vilagarcía. Allá el contacto con los padres es más distante, según las explicaciones de las propias familias. Javier Vidal hace un llamamiento a los arousanos para implicarse en el programa. "La gente del Sahara lo está pasando muy mal; prácticamente solo tienen cebada", lamenta.

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